¿Cómo sienten el daño las plantas?

Categoría: Sin categoría / fecha: 07-28-2021

Una de las ventajas que poseemos los animales es nuestra posibilidad de responder rápida y eficientemente contra un peligro que amenaza nuestra sobrevivencia. Esta capacidad es controlada por nuestro sistema nervioso (que incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios periféricos que llegan a todas las otras partes del cuerpo) ya que este nos permite detectar estímulos del ambiente y de nuestro organismo y responder a ellos con gran velocidad mediante el uso de señales eléctricas y químicas transmitidas a través de las neuronas. 

Uno de estos mecanismos fundamental para nuestra sobrevivencia es la capacidad de detectar daño a nuestro propio cuerpo. Por ejemplo, si sin darnos cuenta apoyamos una mano contra una superficie caliente, como una olla de la cocina, en menos de un segundo las neuronas de nuestra piel detectarán el cambio de temperatura, enviarán la señal eléctrica a nuestro cerebro y, sin siquiera tener que pensarlo, alejaremos la mano para evitar quemarnos. Una señal eléctrica es una señal usada entre neuronas para compartir información. Es como compartir un secreto al oído de tus amigos usando palabras. Tus neuronas no usan palabras para compartir sus mensajes. En cambio, las neuronas utilizan sustancias químicas y señales eléctricas. Las neuronas no se tocan entre ellas. Entre dos neuronas hay un pequeño espacio llamado sinapsis. Cuando una neurona quiere hablar con otra neurona, envía sustancias químicas llamadas neurotransmisores a la sinapsis. La otra neurona capta los neurotransmisores y los transforma en una señal eléctrica que puede transmitirse a otras. 

¿Pero qué pasa en el caso de las plantas? Las plantas al igual que nosotros son seres vivos, por lo que tener herramientas que les permitan evitar el daño a su organismo, por ejemplo un corte en sus hojas, también es de vital importancia. Pero las plantas no tienen un sistema nervioso y, por lo tanto, no son capaces de realizar el tipo de respuestas rápidas que tienen los animales. Si cortamos la hoja de una planta, esta claramente no hace nada o al menos eso es lo que parece. Las plantas también tienen un mecanismo mediante el cual detectan el daño en sus hojas y responden a él. Un proceso que resultó ser sorprendentemente similar a lo que hace el sistema nervioso de los animales. 

El primero es el uso de señales químicas frente a un daño hecho a la planta, por ejemplo, por un insecto que está comiendo sus hojas. Cuando esto ocurre, la planta produce una sustancia llamada ácido jasmónico (llamado así por haber sido descubierto por primera vez en el aceite del jazmín), la cual se produce en la savia de la planta y viaja a través de la vasculatura (que son los tubos dentro de las plantas similares a nuestras venas) para prevenir a las otras hojas y toda la planta del peligro.  La liberación de este ácido jasmónico después del daño en una hoja específica, es capaz de producir cambios en el resto de las hojas, entre los que se encuentran la acumulación de sustancias tóxicas que actúan como repelentes químicos contra depredadores (como algunos insectos) y que les impiden digerir las hojas. Este proceso tiene eficacia, pero es lento y puede tardar varias horas en transmitir la información necesaria, incluso a las hojas más cercanas. 

Existe además un proceso similar al del sistema nervioso de los animales y mucho más rápido que el anterior en la respuesta de las plantas al daño, el cual se transmite a través de señales eléctricas e incluso con el uso un neurotransmisor (¡como en los animales!) llamado glutamato. Frente a un daño por un depredador o una tijera, la hoja de una planta es capaz de producir una señal eléctrica y mandar información sobre el daño a las hojas cercanas dentro los primeros 2 minutos después que ocurrió el daño. Esta señal eléctrica permite a la planta producir repelentes químicos contra depredadores que les impiden digerir las hojas. En resumen, se puede ver una sustancia que se utiliza el cerebro humano, el neurotransmisor glutamato, que tiene un rol en las hojas de las plantas como una señal de daño, y que produce una respuesta eléctrica rápida que se propaga a toda la planta en cuestión de minutos, produciendo que las demás hojas activen mecanismos de defensa. 

Este sistema provee a las plantas de una forma mucho más rápida que el ácido jasmónico de llevar señales de daño al resto de su organismo, al utilizar la vasculatura de la planta como una vía de transmisión para una señal eléctrica. Esto nos ayuda a darnos cuenta de que tenemos muchas cosas en común con las plantas.

Autor: Felipe Tapia
Editado por:
Eugene Tine, Camila González-Arancibia y Jesús Olivares

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