¿Cómo funcionan los ojos? Vista

En la actualidad prácticamente todos los años se lanzan nuevas versiones de los últimos celulares inteligentes de las principales marcas, y a pesar de todos los aspectos nuevos que puedan tener, siempre hay un detalle en el que la mayoría de los fanáticos se fijan: la cámara. Cientos de ingenieros de estas marcas deben romperse la cabeza para intentar que las fotos de estos celulares tengan mejor y mejor calidad, y así poder retratar momentos en la misma calidad en la que vemos el mundo por nuestros ojos. Lo entretenido de esto es que nuestros ojos y las cámaras funcionan de una manera muy parecida. Mejor dicho, las cámaras intentan parecerse a como nuestros ojos funcionan, aunque la precisión de estos órganos parece ser imposible de alcanzar en el corto plazo.
A grandes rasgos, para lograr capturar una foto una cámara necesita de un diafragma con el cual se regula la intensidad de la luz que entra, un lente que nos permite enfocar, y un sistema electrónico que procese estas señales.

En organismos complejos como los humanos, el ojo tiene un sistema bastante complejo y casi perfecto con el que logramos capturar la luz de nuestro ambiente. En primer lugar, nuestros ojos tienen una zona de color llamada iris que, en el centro, de color negro tiene la pupila. Esta estructura es la encargada de medir la luz que debe entrar a nuestros ojos para tener una imagen nítida. En el interior del ojo se encuentra otra estructura llamada cristalino, que es un lente ajustable, responsable de enfocar nuestro punto de atención. Finalmente, al fondo del globo ocular se encuentra la retina, que es una capa de células especializadas, encargadas de todo el procesamiento para posteriormente obtener las imágenes que observamos.

Lo único perceptible de todo este sistema es la pupila, que se puede dilatar o contraer dependiendo de la cantidad de luz que necesitamos. Es decir, en condiciones de mucha luminosidad, la pupila reduce su tamaño (se contrae) y en condiciones de poca luminosidad, aumenta su tamaño (se dilata). Por eso durante la noche nuestras pupilas son más grandes que durante el día ¿No te has dado cuenta? Prueba con tu compañero: apuntale con una linterna pequeña. Al acercar y alejar la luz, verás cómo cambia de tamaño la pupila.

Básicamente esto mismo pasa con nuestras cámaras cuando enfocamos al objeto que queremos fotografiar. El diafragma se abre o cierra dependiendo de la luz necesaria para tener un buen contraste. De hecho, en las cámaras es bastante evidente: ¿has intentado sacarle una foto al atardecer? Lo más probable es que al inicio tu cámara muestre una imagen con mucha luz en donde no puedas diferenciar nada, y a los pocos segundos se ajuste y ya puedas observar el atardecer con sus colores correspondientes. Esencialmente esto es gracias a las “pupilas” de estos dispositivos.

Sin embargo, es importante destacar que ese bello atardecer retratado por tu celular no iguala al capturado por nuestros ojos, pues como ya mencionamos, el sistema visual es prácticamente perfecto y se compone de muchos otros factores que solo una pupila y un lente. En donde la gran diferencia es nuestro sistema de procesamiento que está millones de años adelantado.

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