¿Qué te hace sentir la música? Algunas personas experimentan un escalofrío cuando escuchan su canción favorita y otras, por el contrario, quizás no les guste o solo la utilizan para bailar o para pasar el rato. Pero ¿por qué a algunas personas les provoca placer y a otras no?
Nuestro cerebro posee varias estructuras que forman lo que se conoce como sistema de recompensa, el que nos produce la sensación de placer cuando se activa. Entre otras situaciones se activa frente al consumo de alimentos, lo que nos lleva a querer comer nuevamente. La función de este sistema es, claramente, ser un mecanismo de supervivencia que impide que nuestra especie desaparezca.
Este sistema además tiene una conexión con la corteza cerebral auditiva (que es el área que del cerebro que procesa la información de estímulos auditivos) y es el que se activa cuando sentimos placer. Sin embargo, la pregunta anterior aún no tiene una respuesta.
Unos científicos de las Universidades Harvard y Wesleyan en Estados Unidos, trataron de responder por qué el sistema de recompensa produce respuestas placenteras frente a un estímulo musical en algunas personas y en otras no.
Lo primero que se hizo fue seleccionar a los participantes del estudio. A más de doscientas personas se les pidió contestar una encuesta online para obtener información sobre sus gustos musicales y grado de compromiso emocional con la música. De esta encuesta se obtuvieron diversas respuestas, algunas más abstractas que otras, de las cuales se decidió poner más atención a los “escalofríos”. En base a esto, se seleccionaron a veinte personas, diez personas que sintieran escalofríos al escuchar su música favorita de forma recurrente y diez personas que reportaron nunca haber sentido tal cosa.
Posteriormente, se les hizo escuchar a las personas de ambos grupos los temas musicales que reportaron como sus favoritos. Cada vez que una persona escuchó sus temas, le pidieron que informara el grado de placer que sentía en una escala de 0 a 10, y si le provocaba escalofríos debía presionar un botón por el tiempo que durara esa sensación.
Para complementar esta información entregada por cada participante, se registraron cambios en la fisiología de su cuerpo mientras escuchaban música, y midieron la actividad cardíaca y la respuesta de conductancia de la piel. Esto último es una medida que se basa en el hecho de que la capacidad de la piel de transmitir la electricidad puede variar dependiendo del estado emocional de la persona; aunque suene loco, esto ocurre debido a la activación de las glándulas productoras de sudor de la piel ¿Y cuál fue el resultado de esta medición? Todos los participantes que dijeron tener escalofríos frente a su canción favorita tuvieron un aumento en la conductancia de su piel, acompañado de una disminución en el ritmo cardiaco, en comparación con los participantes que reportaron no tener escalofríos.
En paralelo, los científicos quisieron saber si había diferencias entre los cerebros de los participantes de los dos grupos, y utilizaron un tipo de escáner que permite obtener imágenes de las vías o tractos que conectan diferentes regiones del cerebro. Sorprendentemente, se observó que la región del cerebro que recibe los sonidos está más conectada con la región que regula las emociones en las personas que sienten escalofríos.
Esta es la primera vez que se obtienen evidencias de la existencia de diferencias estructurales entre personas en la conexión entre áreas sensoriales y el sistema de recompensa del cerebro, explicando en parte las diferencias en la respuesta emocional.
Preguntarse cómo funcionan las cosas o por qué pasan ciertas cosas y encontrar la respuesta a estos pequeños problemas que aparentemente podrían ser inexplicables, es lo bonito de la ciencia. Por último, te invito a que escuches tu estilo y tema musical favorito, y si no tienes uno, búscalo hasta que encuentres ese escalofrío y te relajes.
Autor: Jesús Olivares
Editado por: Vladimir Plaza y Jesús Olivares
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