Las ratas se divierten jugando a las escondidas

Categoría: Sin categoría / fecha: 07-28-2021

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¿Cuántas veces has jugado a las escondidas? Sentir la emoción de que no te encuentren y luego correr para salvarte es sin duda uno de los juegos más entretenidos que todos disfrutamos más de alguna vez, de hecho, este juego existe desde hace más de 2 mil años. ¿Sabías que muchos otros animales también tienen sus propios juegos? ¡Y no sólo eso, sino que son capaces de aprender juegos nuevos! Es por esta razón que un grupo de científicos alemanes se preguntaron si las ratas eran capaces de aprender a jugar a las escondidas, sin recibir recompensa y qué pasaba en sus cerebros mientras realizaban sus juegos.

Para enseñarles a las ratas a jugar a las escondidas, los científicos prepararon una pieza que tenía cajas transparentes, cajas opacas y cartones donde las ratas pudieran esconderse. Después llegó la hora de escoger a los jugadores: una rata y uno de los científicos. 

La rata era depositada en una caja con una puerta: y le enseñaron que, si la puerta estaba cerrada, era turno del científico para esconderse, luego la puerta se abría y la rata salía en su búsqueda y, por el contrario, si la rata le tocaba esconderse, la caja tenía la puerta cerrada y el científico esperaba 90 segundos para salir a buscar a la ratita. 

Los resultados de los experimentos fueron sorprendentes porque ¡todas las ratas aprendieron a jugar a las escondidas! Y no sólo eso, sino que también aprendieron a buscar y a esconderse. Además, los científicos pudieron observar que la rata evitaba esconderse en las cajas transparentes y además no emitía ningún tipo de sonido en dos momentos del juego: cuando iba en búsqueda del investigador y cuando era su turno de esconderse ¡quería pasar desapercibida! 

Una vez que los investigadores confirmaron que las ratas aprendían a jugar a las escondidas, quisieron saber qué sucedía en sus cerebros mientras jugaban. 

Ellos estudiaron una zona de sus cerebros llamada corteza prefrontal. Nuestro cerebro y el del resto de los animales tienen distintas zonas que se encargan de funciones específicas. Para poder identificarla, la corteza prefrontal se encuentra en la parte más próxima hacia el rostro, y dentro de sus funciones más importantes está procesar información, aprendizaje, planificar, solucionar problemas y seguir reglas.

Los investigadores encontraron que en esta zona había neuronas, que se activaban cuando la rata se escondía y otro grupo de neuronas que se activaba en el momento de ir en búsqueda del investigador. ¿Qué quiere decir esto? Que, de acuerdo con las reglas del juego, el cerebro se encarga de dirigir las distintas funciones con grupos de neuronas distintos en la corteza prefrontal.

¡Las ratas son animales muy inteligentes! Fueron capaces de aprender a jugar a las escondidas, esconderse en las cajas oscuras y haciendo completo silencio… ¡Tal como jugamos nosotros! Ahora la pregunta más interesante fue ¿Por qué las ratas jugaron a las escondidas sin recibir una recompensa? Los autores del estudio consideraron que las ratas jugaban por diversión. ¿Quién no, cierto? Nuestro cerebro es capaz de ejercer funciones muy complicadas mientras jugamos, como entender el juego y la capacidad de divertirnos, algo que hasta el momento no se había descubierto en ratas. Los investigadores pudieron observar que los animales que jugaban a las escondidas emitían sonidos cuando había interacción con la persona con quien jugaban y daban saltos de felicidad. Así que la próxima vez que veas una rata ¡No corras! Quizás sólo busca un compañero con quién jugar.

Autor: Felipe Tapia
Editado por: Bárbara Cádiz y Jesús Olivares

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