Antiguamente, costaba imaginar que con un solo clic podríamos encontrar respuestas a casi cualquier pregunta que se nos ocurriera, hoy y casi sin pensarlo, agarramos nuestros celular, y encontramos esa canción que nos gusta con solo acercar el teléfono al parlante. Cada día son menos los que se saben el numero celular de amigos o familiares ya que el celular es quien los guarda. Fueron estas nuevas formas de conectarnos, aprender y comunicarnos las que llamaron la atención de grupos de científicos que se empezaron a preguntar si esto tenía un efecto sobre el cerebro humano.
Lo que se sabe, y desde hace tiempo, es que el cerebro es un órgano que puede aprender muchas cosas y adaptarse muy bien a nuevas situaciones como pasa cuando se estudia otro idioma o cuando se aprende a hacer malabares o andar en bicicleta.
Algo que todos hemos vivido es como el Internet ha cambiado nuestra capacidad de estar atentos en algo, ya que las notificaciones y avisos compiten por captar nuestra atención y nos distraen. Como hoy en día, casi todo es “online” el Internet se ha vuelto parte de nuestra vida diaria donde, muchas veces ni siquiera es por la calidad de lo que vemos sino porque empresas de publicidad se han encargado de siempre mostrarnos cosas que nos gustan e interesan para llamar nuestra atención y premiándonos por dárselas.
Es por esto por lo que muchos de los juegos para celular nos muestran publicidad de otros juegos similares, pero ¿se han fijado que hay juegos que por ver publicidad nos regalan una vida extra o más tiempo para jugar? Pues, ahí lo tienen, pusieron su atención y tuvieron una recompensa que hará que sigan atentos en su juego y no en otra cosa. Por estar siempre atentos al celular se nos ha creado un nuevo hábito: chequear el teléfono. Cuando las notificaciones incluyen promociones, descuentos o avisos estos actúan como un refuerzo positivo y como es natural en los humanos, los premios y recompensas nos hacen sentir bien ya que activan una parte de nuestro cerebro relacionada al placer y los comportamientos compulsivos (como las adicciones).
Otro aspecto afectado es la memoria y conocimiento ya que el Internet podría reemplazar la forma en que aprendemos. Actualmente, lo primero que se nos ocurre cuando necesitamos buscar información es pensar en Google por lo que el Internet funcionaría como una memoria. Esto tampoco es algo 100% nuevo, de hecho, es probable que haya cosas que nunca intentaste memorizar porque sabías que alguien en tu casa te lo iba a recordar como es el caso de tu mamá recordándote los cumpleaños de tus tíos. Esto también ha hecho que dudemos de lo que sabemos y lo busquemos de todas maneras.
Como es de esperarse, esto no es algo del todo positivo, especialmente en niños y jóvenes ya que bajan su rendimiento en pruebas de concentración y dudan de sus conocimientos propios. Además, hay otro factor importante que es el social/emocional ya que normalmente el ser aceptado o rechazado en el mundo real son conceptos ambiguos y subjetivos pero que en línea se pueden medir en likes o seguidores por lo que estos nuevos “medidores de aceptación” podrían ser negativos para usuarios jóvenes ya que existe la mala costumbre de compararse con Influencers con millones de likes y con vidas aparentemente perfectas. Todo esto podría alimentar una baja autoestima o sensaciones de no ser lo suficientemente bueno.
En conclusión, se sabe que el internet genera cambios en la forma en que le ponemos atención a las cosas y afecta tanto a la forma en la que aprendemos y memorizamos como a la manera en que nos relacionamos pudiendo hacernos sentir inseguros sobre nuestro conocimiento o éxito social. Por esto es importante, no olvidarnos de que está bien tener círculos de amigos pequeños, que hay que confiar en las cosas que sabemos y siempre buscar la manera de seguir aprendiendo sobre el mundo que nos rodea.
Autora: Maia Zabel
Editado por: Maia Zabel y Jesús Olivares
Copyright © 2020 Cerebros de Bolsillo. All rights reserved
